Principios básicos a tener en cuenta.
Entender la ley; releer la ley
La comprensión lectora es básica. Hay que leer hasta entender el objeto de la ley. Para ello, tendremos que leerla tranquilamente, usar el diccionario, dividirla en partes o resaltar las ideas importantes.
Asociaciones mentales para memorizar leyes.
Asocia la posición, contenido y número del artículo con imágenes mentales ingeniosas. ¿Coincide el número del artículo con la fecha de nacimiento de algún miembro de tu familia? ¿El objeto de la ley nos recuerda a alguna situación que hayamos vivido profesionalmente?
Realiza tus propios esquemas.
Los resúmenes, esquemas o mapas mentales son ideales para memorizar la estructura de la ley, los capítulos y su orden; competencias, jerarquías, requisitos, disposiciones… usar diferentes colores, diseños concretos de los contenidos, etc.
Las leyes tienen su propio orden interno. Es importante manejar su regularidad.
Todas las leyes constan de los siguientes apartados: títulos, capítulos, secciones, artículos y disposiciones. Si fijas bien el esquema, este te valdrá para casi todas las leyes que estudies. No dejes de estudiar nada.
La estructura de las leyes tiene un orden, pero el contenido también. Normalmente, se explica de qué va la ley, qué organismo lo regula, qué requisitos hay que cumplir, qué sanciones existen, cuáles son sus disposiciones, etc. Ordenar el contenido es básico para que la memorización resulte más sencilla.
Intenta el aprendizaje literal.
Lo mejor es pegarte al texto, de forma que manejar su contenido literal te va a aportar mucha seguridad, sobre todo en un escenario de respuestas tipo test.
Resumen del resumen.
Se trata de ir limitando el volumen de contenidos para terminar manejando un bloque muy sucinto de información por cada Ley.
Grabar tus propias explicaciones o exponer en voz alta las leyes.
Es muy eficaz y permite un ejercicio de fijación de contenidos.
Sistema de repaso periódico.
Lo ideal es realizar los máximos repasos posibles; pero si no tenemos tiempo, optaremos por hacerlo durante las 24 horas tras el primer aprendizaje, dos repasos en los 15 días siguientes y un repaso final un mes después. Esto asegurará que la materia permanezca en nuestra memoria.